Jace interrumpió el beso. Antes de que Clary pudiera decir algo, un coro de aplausos sarcásticos vinieron desde la colina cercana. Simon, Isabelle y Alec los saludaron.
Jace suspiró, "¿Deberíamos unirnos a nuestros molestos y voyeristas amigos?”
“Desafortunadamente ese es el único tipo de amigos que tenemos.”
Clary rozó su hombro contra su brazo y se dirigieron hacia las rocas. Simon e Isabelle estaban lado a lado, hablando suavemente, Alec estaba sentando un poco aparte, mirando la pantalla de su teléfono —con una expresión de intensa concentración. Jace se dirigió abajo, hacía su Parabatai.
“He oído que si miras fijamente a esas cosas, suenan.”
“Ha estado mensajeando a Magnus.” Dijo Isabelle con una mirada de desaprobación.
“No lo he hecho.” Dijo Alec automáticamente.
“Sí, lo has hecho.” Dijo Jace estirando el cuello para mirar por encima del hombro de Alec. “Y lo has llamado, puedo ver tus llamadas hechas”
“Es su cumpleaños.” Alec cerró el teléfono.
Él lucía más pequeño estos días, casi delgado en su desgastado suéter azul, agujeros en los codos, sus labios mordidos y agrietados. El corazón de Clary dolió por él. Él pasó la primera semana después de que Magnus terminó con él en una especie de aturdimiento de tristeza e incredulidad. Ninguno de ellos podría creerlo realmente. Ella siempre había pensado que Magnus lo amaba, que realmente lo amaba; claramente Alec también había pensado lo mismo.
“No quería que él pensara que yo no —que lo había olvidado.”